domingo, 3 de enero de 2010

Oda a la Sierra Tarahumara

Cuántos dioses petrificados
cuántos dioses en silencio
cuántos dioses sin culto
cuántos dioses escondidos
en este universo milenario.
Los señores de la sierra
son contemplación serena
sin ojos ni conciencia
tan sólo la majestuosa presencia
de la montaña, de la barranca,
de los inmemoriales cañones.
Es el tiempo el maestro escultor
cuyo cincel es el agua y el viento,
eternidades que dan forma
a pensamientos pétreos.



1 comentario:

Martha Cecilia Cedeño-Pérez dijo...

Hola,
he llegado hasta este blog mientras buscaba algunos significados del viaje, de la partida, para un texto que estoy escribiendo. Y he tenido una grata sorpresa. Me encanta encontrarme con una página como ésta.
Un saludo,
Martha