En el intervalo entre instante y momento, entre encuentro y susto, entre beso y cachetada, entre suspiro y grito, alcanzo a vislumbrar la esencia de aquello que ahora utilizan gobierno y medios para conducir a las masas por ciertos caminos y no otros.
El sol entra en una fase de baja actividad, mientras la crisis económica persevera y se desata este fenómeno bio-politico-social-económico, se trata de un punto de bifurcación en el sistema-mundo que conduce a la dinámica eco-cultural del planeta a estados alejados del equilibrio que permitirán que emergan nuevas estadios junto a la desintegración de los patrones que generaron entropia crónica en el estadio que está concluyendo.
En la ciudad de México y en distintos puntos del país percibo una revolución que inicia en los corazones de los hombres y mujeres del ombligo de la luna. Es en este momento una especie de conspiración que tiene como uno de sus ejes la idea de un retorno al origen.
La civilización como la conocemos hoy inicio con el sendentarismo y la agricultura. Hoy es en verdad cierto que la gran parte de la humanidad es "inculta" en el sentido de que hemos olvidado el fundamental saber y conocimiento de cultivar nuestro sustento.
Cultivar el maíz fue el sustrato fundamental de la tradición de mesoamerica, tradición de tradiciones que permitió a las hojas del maíz crecer más alla del mundo material y extender sus verdes hojas a la imaginación humana donde adquirió el poder del eje del mundo y se asoció a la idea de un tiempo cíclico donde la renovación es regla más que excepción.
Una revolución que se sincronice con las acontecidas en 1810 y 1910 tiene el día de hoy una fisonomía distinta, apunta en la dirección de una reorganización de la sociedad a nivel económico a partir de una premisa básica: aprender a producir nuestra comida.
El movimiento orgánico se puede ver como una verdadera revolución, que lo que consumas sea producido en un espacio situado no más allá de 35 km a la redonda de tu hogar. Formas alternas de intercambio como el trueque. Veo los inicios de nuevas dinámicas eco-sociales que conectan en más de una forma a nuestras culturas hibridas con las culturas mesoamericanas de la antiguedad y sus dinamicas de interacción.
En la Mesoamérica del pasado y en la del futuro veo patrones y tendencias parecidas: la consolidación de procesos socio-economicos auto-sustentables de múltiples microregiones con base en la agricultura. De la misma forma se consolidadn formas de arte-artesanía que en una fase posterior servirán de producto o servicio de intercambio con otras microregiones. El intercambio entre las regiones a partir de una serie de productos especiales fue, en la Mesoamérica del pasado, el fundamento de una gran tradición común basada en la diversidad.
Por ahí creo yo que va la revolución que comienza en el presente, por ahi, en la conexión del pasado mesoamericano y el presente vío Diego Rivera la forma de trascender la pseudo-independencia política-económica a partir de un retorno a lo prehispánico que florecería como independencia cultural. Por ahí lo vió también el gran Morelos cuando describe el movimiento de independencia como una recuperación de la soberanía usurpada a los gobernantes mexica. Fue Morelos quien dispuso que el Escudo de Armas de la nueva Nación fuera el Águila devorando la serpiente sobre el nopal.
El maíz es el eslabon que nos conectá de manera íntima con los hombres y mujeres del pasado, al igual que, como decía Alfonso Reyes, la geografía, la montaña, el río, la tierra, la lluvia y el mar.
El sol entra en una fase de baja actividad, mientras la crisis económica persevera y se desata este fenómeno bio-politico-social-económico, se trata de un punto de bifurcación en el sistema-mundo que conduce a la dinámica eco-cultural del planeta a estados alejados del equilibrio que permitirán que emergan nuevas estadios junto a la desintegración de los patrones que generaron entropia crónica en el estadio que está concluyendo.
En la ciudad de México y en distintos puntos del país percibo una revolución que inicia en los corazones de los hombres y mujeres del ombligo de la luna. Es en este momento una especie de conspiración que tiene como uno de sus ejes la idea de un retorno al origen.
La civilización como la conocemos hoy inicio con el sendentarismo y la agricultura. Hoy es en verdad cierto que la gran parte de la humanidad es "inculta" en el sentido de que hemos olvidado el fundamental saber y conocimiento de cultivar nuestro sustento.
Cultivar el maíz fue el sustrato fundamental de la tradición de mesoamerica, tradición de tradiciones que permitió a las hojas del maíz crecer más alla del mundo material y extender sus verdes hojas a la imaginación humana donde adquirió el poder del eje del mundo y se asoció a la idea de un tiempo cíclico donde la renovación es regla más que excepción.
Una revolución que se sincronice con las acontecidas en 1810 y 1910 tiene el día de hoy una fisonomía distinta, apunta en la dirección de una reorganización de la sociedad a nivel económico a partir de una premisa básica: aprender a producir nuestra comida.
El movimiento orgánico se puede ver como una verdadera revolución, que lo que consumas sea producido en un espacio situado no más allá de 35 km a la redonda de tu hogar. Formas alternas de intercambio como el trueque. Veo los inicios de nuevas dinámicas eco-sociales que conectan en más de una forma a nuestras culturas hibridas con las culturas mesoamericanas de la antiguedad y sus dinamicas de interacción.
En la Mesoamérica del pasado y en la del futuro veo patrones y tendencias parecidas: la consolidación de procesos socio-economicos auto-sustentables de múltiples microregiones con base en la agricultura. De la misma forma se consolidadn formas de arte-artesanía que en una fase posterior servirán de producto o servicio de intercambio con otras microregiones. El intercambio entre las regiones a partir de una serie de productos especiales fue, en la Mesoamérica del pasado, el fundamento de una gran tradición común basada en la diversidad.
Por ahí creo yo que va la revolución que comienza en el presente, por ahi, en la conexión del pasado mesoamericano y el presente vío Diego Rivera la forma de trascender la pseudo-independencia política-económica a partir de un retorno a lo prehispánico que florecería como independencia cultural. Por ahí lo vió también el gran Morelos cuando describe el movimiento de independencia como una recuperación de la soberanía usurpada a los gobernantes mexica. Fue Morelos quien dispuso que el Escudo de Armas de la nueva Nación fuera el Águila devorando la serpiente sobre el nopal.
El maíz es el eslabon que nos conectá de manera íntima con los hombres y mujeres del pasado, al igual que, como decía Alfonso Reyes, la geografía, la montaña, el río, la tierra, la lluvia y el mar.
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